Todo comenzó con un vestido.
Desde el principio, el vestido Marimekko ha sido un emblema para las mujeres que siguen su propio camino con confianza y estilo.
La historia de Marimekko comienza en 1949 en la empresa de impresión textil de Viljo Ratia, Printex. Su esposa, Armi Ratia, encarga a los artistas jóvenes que diseñen patrones nuevos y audaces para la compañía. Armi tiene una idea clara del futuro. “Uno tiene que soñar”, dice Armi. “Y uno debe destacarse del resto”. Printex, y luego Marimekko, imprimirán textiles a mano hasta diciembre de 1973.
En la década de 1950, cuando la moda predominante era bastante restrictiva, Marimekko comenzó a hacer vestidos liberadores en patrones abstractos en colores vibrantes para mujeres que se atreven a expresar su personalidad a través de su atuendo elegido. Los diseñadores de Marimekko tenían la capacidad de sentir el pulso del momento: su diseño de ropa era una fuente de encanto y provocación en todo el mundo.
El primer desfile de moda de Marimekko llega en 1951. Los finlandeses admiran los textiles modernos de Printex, pero pocos saben qué hacer con los nuevos patrones. Entonces Armi y Viljo organizan un desfile de moda para demostrar cómo se pueden usar sus textiles para hacer ropa. La primera colección de moda de Marimekko está diseñada por Riitta Immonen, que hace uso de estampados de diferentes artistas finlandeses, incluida Maija Isola. La audiencia está cautivada por los coloridos patrones y cortes limpios.
En 1953, Vuokko Eskolin-Nurmesniemi se une a Marimekko como diseñadora de moda y textil. Ella ayuda a desarrollar nuevas formas de producir ropa en masa y revoluciona la forma en que se visten los finlandeses. Los ingeniosos cortes arquitectónicos de Vuokko liberan a las mujeres del sofocante corchete de los corsés. Vuokko y Armi se separaron a principios de la década de 1960. Tener dos mujeres tan visionarias en la misma compañía resulta imposible.
Con los años, la anti-moda de Marimekko se convirtió no solo en moda sino también en una forma de vida. Marimekko es considerada una de las primeras marcas de estilo de vida en combinar moda, bolsos y accesorios, así como la decoración del hogar, en una expresión de vida alegre.
En diferentes décadas, el vestido Marimekko ha reflejado el espíritu y la estética de la época, pero la esencia del vestido se ha mantenido sin cambios.
El arte de hacer impresiones
El corazón y el alma del diseño de impresión de Marimekko es su propia fábrica de impresión en Helsinki, que es donde los estampados y colores audaces cobran vida. Desde el principio, los patrones a gran escala y la superposición de colores vibrantes han sido los sellos distintivos de los diseños de Marimekko.
Los patrones de rayas, cuadros y flores comprenden el rico y variado legado artístico de Marimekko. Quizás el más icónico de los diseños es el Unikko (amapola) de Maija Isola de 1964. A lo largo de los años, los artistas de Marimekko han creado unos 3.500 diseños, que han adornado la ropa, bolsos, accesorios, cerámica, ropa de cama, tela y más.
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En la comunidad creativa de Marimekko, hacer cosas juntos siempre ha sido clave para la innovación y la originalidad. Los patrones icónicos han renacido una y otra vez en miles de paletas de colores imaginativas. Nuevas impresiones se suman a este continuo de obras de arte ambiciosas cada año.
“Realmente no vendo ropa. Vendo una forma de vida. Son diseños, no modas … Vendo una idea en lugar de vestidos”.
– RATIA ARMI –
Fundadora de Marimekko
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